lunes, 31 de enero de 2011 | By: Famara González Díaz

Querida amiga te aconsejo que...

No confíes plenamente en tu corazón, porque no siempre te muestra el camino correcto. Cuando te guía por un sendero equivocado, te deja heridas que a veces ni el tiempo borra. En cambio, si el camino incorrecto te lo hubiese desvelado la conciencia, los daños serían los de una simple caída, ya que no hay sentimientos que pesen.

Me encantaría...

Me encantaría poder cerrar los ojos,
y seguidamente desaparecer.
No dejar huella alguna
de haber existido alguna vez.


Me encantaría ser un grito,
desgarrando la garganda y
terminando en el llanto ahogado,
de un corazón acabado.


Me encantaría oprimir mis sentimientos,
sentir la ausencia de recuerdos,
disfrutar del vacío
y desvanecerme en el olvido.


Me encantaría ser sufrimiento,
así poder aislar la luz que llevo dentro,
no estar ligada a nada,
           dejando de tener sentido a seguir viviendo.