Para Ustedes. La historia de un padre y una hija, dos vidas inacabadas que pasaron a ser Estrellas.
Vuestra luz nos ilumina... Juan ... Fernanda ... estas palabras salen de lo más profundo de mi alma, desde el mundo de los vivos, hasta el cielo.
Miro al cielo y me pregunto cómo estarán, tratando de encontrar explicaciones que no hallaré. Podría expresar que la vida es así, pero no es cierto, solo fue una mala jugada del destino.
Ellos ya no están y el mundo sigue rumbo. Dos personas que en la sociedad son diminutos, pero son dos mundos para todas las personas que los aprecian.
Ahora solo puedo observar las nubes e intentar encontrar alguno de sus rasgos en ellas. Ahora solo puedo escuchar el viento e intentar distinguir sus nombres entre los susurros.
La vida es muy injusta y nosotros unos egoístas. Muchos nos creemos desgraciados por no poder obtener bienes materiales, y solo por ello ya pensamos en tirarnos al vacío...
Mientras otros no se creen desgraciados cuando pierden a un padre ejemplar o a una hija excelente. No se sienten así, porque todo lo que querían estaba entre ellos, su familia. En ningún momento pensaron en dejar atrás esto, porque tenían que luchar y salir adelante, por los que todavía están aquí y por los que ya no están.
Era un padre feliz al lado de la mujer a la que amaba y orgulloso de todos los pasos que sus hijas daban. En su corazón no había lugar para la maldad, y mostraba una gran ternura cuando al sonreír se le empequeñecían los ojos, tanto que el mismo sol no podía evitar imitarlo.
Con el tiempo descubrió que la vida se le escapaba, que por mucho que corriese no escaparía. No se rindió en ningún momento, sabía que su familia lo necesitaba y por ello, luchó hasta su último suspiro. Una persona honrada que lloró para sus adentros. No quería envolver a sus seres queridos en un sufrimiento que solo él padecía.
Al final llegó el día. Su enferdad ganó el pulso y él dejó de estar entre nosotros. Ahora descansa tranquilo, mientras sus recuerdos permanecen vivos.
Ella, una niña en plena flor de la vida, una amiga muy querida, una hija adorable y perfecta. Creció como otro niño cualquiera, pero su diferencia fue que su final llegó demaciado pronto.
Su último aliento se lo robó un ser miserable que se hacía pasar por hombre. Su agonía, sus gritos y lamentos se los tragó un camino oscuro y semi solitario, si no fuese por esa bestia que la siguió con sigilo hasta dar con ella.
La indefensa niña se defendió con todas sus fuerzas, sabiendo que los ojos de su captor sería la imagen que se llevaría a la otra vida. Desgarró su garganta a gritos y desesperanza, pero nadie la oía. Sin darse cuenta se hallaba presa en una furgoneta y su captor sobre ella.
La bestia sabía que tenía que actuar con rapidez, porque su víctima no se iba a dejar humillar como mujer. Tomó una decisión: "si no eres mía, no serás de nadie". Cumplió su amenaza dándole un golpe letal con una piedra en la sien.
Fue despreciable saber que una de las personas que estaban colaborando en la búsqueda del cuerpo, tuviese las manos manchadas de sangre inocente.
Con el tiempo descubrió que la vida se le escapaba, que por mucho que corriese no escaparía. No se rindió en ningún momento, sabía que su familia lo necesitaba y por ello, luchó hasta su último suspiro. Una persona honrada que lloró para sus adentros. No quería envolver a sus seres queridos en un sufrimiento que solo él padecía.
Al final llegó el día. Su enferdad ganó el pulso y él dejó de estar entre nosotros. Ahora descansa tranquilo, mientras sus recuerdos permanecen vivos.
Ella, una niña en plena flor de la vida, una amiga muy querida, una hija adorable y perfecta. Creció como otro niño cualquiera, pero su diferencia fue que su final llegó demaciado pronto.
Su último aliento se lo robó un ser miserable que se hacía pasar por hombre. Su agonía, sus gritos y lamentos se los tragó un camino oscuro y semi solitario, si no fuese por esa bestia que la siguió con sigilo hasta dar con ella.
La indefensa niña se defendió con todas sus fuerzas, sabiendo que los ojos de su captor sería la imagen que se llevaría a la otra vida. Desgarró su garganta a gritos y desesperanza, pero nadie la oía. Sin darse cuenta se hallaba presa en una furgoneta y su captor sobre ella.
La bestia sabía que tenía que actuar con rapidez, porque su víctima no se iba a dejar humillar como mujer. Tomó una decisión: "si no eres mía, no serás de nadie". Cumplió su amenaza dándole un golpe letal con una piedra en la sien.
Fue despreciable saber que una de las personas que estaban colaborando en la búsqueda del cuerpo, tuviese las manos manchadas de sangre inocente.
Para mí morir, no es dejar de respirar, sino dejar de ser recordado. Ellos permanecerán entre nosotros hasta la última flor del jardín.
Los tenemos muy presentes en nuestro día a día.
Juan
Tu mujer y tus hijas no te olvidan. Una familia muy orgullosa de tus pasos. Ahora descansa tranquilo, que en el mundo de los vivos también hay ángeles.
Uno las está cuidando.
Fernanda
Dejaste un gran vacío entre tus amigos. Gracias por
enseñarme lo que es el coraje y la valentía.Cada minuto que pasa, me pesa más no poder haberte dicho
Te Quiero.
Y ver como se te iluminaba el rostro con tu dulce sonrisa y brillantes ojos.
Fotos: Andrea Plasencia Pérez