lunes, 19 de diciembre de 2011 | By: Famara González Díaz

Porque todavía hay personas que te llenan de ilusión.

 Después de casi un año de abandono al blog, regreso con ideas nuevas y las pilas recargadas.

 Antes de nada quiero decirle a todas esas personas que tienen poca creatividad y hayan plagiado mi blog, que aunque les cambian el nombre de la persona que lo escribió, yo sé que sigue siendo mío y las personas que leen lo que publico también. Mientras yo disfruto escribiendo, ustedes seguirán desperdiciando tiempo en no explotar vuestra imaginación.


 Quiero agradecerle a Alma sus palabras de aliento y apoyo. Si no fuese por ella, ahora mismo no estaría publicando nada fuera de mi entorno familiar o de amigos. Me di cuenta que para conseguir algo, tengo que luchar y emplear mucho esfuerzo. Que escribir es mi vida y sin la literatura estaría en parte, vacía. 

Por ello, Alma este pequeño relato te lo dedico a ti, como otros muchos que ya vendrán.

 La última vez que lo vi, contemplaba el alba desde su ventana. Con la mirada curiosa de un niño, examinaba el paisaje como quien ve un cuadro por primera vez. 

No pude reprimir un escalofrío al pensar que toda una vida se había esfumado de su memoria. Un alma sin identidad y un cuerpo que se deteriora sin pausa.

En estos instantes estará tumbado en su cama. Durmiendo. Viviendo. Soñando. Sonríe cada vez que lo hace. Seguramente sea lo único que el alzheimer no le puede arrebatar.

                                                         Famara GD


viernes, 2 de septiembre de 2011 | By: Famara González Díaz

Te Quiero Paca...





Para mi tía,
una mujer valiente y luchadora, dibujante de sonrisas en la noche más desoladora.

Quiero agradecerte mediante estas palabras lo que significas en mi vida y demostrarte de una manera diferente, que la sangre no limita a las familias, ya que ustedes son parte de la mía.

Gracias, por recibirme con los brazos abiertos desde el primer día, dándome todo ese cariño que tan bien me sienta; tus abrazos me protegen de todo mal que hay a mi alrededor y me aportas la paz que necesito. Y por escucharme, ayudarme y darme esos grandes consejos de madre que me ayudan a salir adelante.

Me siento afortunada por pertenecer de una pequeña manera a tu familia, al igual que estoy muy orgullosa de haber aprendido de ti. Me has enseñado a luchar por la vida, por mí y por las personas que quiero, como también sacar fuerzas en los momentos más difíciles. 


Y como tu aprendiz te aconsejo que dejes que la fe te guíe e ilumine caminos secretos en tus sueños, donde tus pensamientos callan, tus sentimientos toman protagonismo y se funden con el recuerdo de tu marido.

Disfruta de tus hijas, deja que se empapen de tu sabiduría y cogan como guía tu gran forma de ser. No entristezcas cuando levanten vuelo y abandonen el nido, sino siéntete orgullosa de las tres mujeres que sacaste adelante gracias a tu amor y fuerza. Al igual que ellas estarán orgullosas de tener una madre que les ha enseñado todo, como en cada momento ha estado con ellas.


Te quiero muchísimo Paca. Has sido, eres y serás una persona muy importante en mi vida. Espero que nuestros caminos sigan el mismo cauce y así poder seguir disfrutando de tu compañía. Y recuerda que estaré para ayudarte en lo que surga, sin importarme el lugar o el día.

miércoles, 6 de abril de 2011 | By: Famara González Díaz

Palabras sin significado...

Les dejo una pequeña rima que me vino mientras leía. Espero que les guste.




La palabra, el arma más destructiva.
Esa que calla y mata,
dejando una cicatriz perpetua en el alma.
Fuerza invisible que sale de la boca del hombre,
envenenada de rencores y reproches.
La palabra, tan vacía y barata,
que sale disparada sin reflexionar
si quiera, en el daño que causa.
No tiene tregua ni edades.
Tampoco se pueden suprimir, menos aún olvidar,
aunque sí es de sabios rectificar.
Lástima que se interponga el orgullo,
que la enturbia a más no poder... sin piedad.


                                             PD: me quedé encajada pero en otro momento, espero poder acabarla.
miércoles, 30 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Hasta el Cielo...


Para Ustedes. La historia de un padre y una hija, dos vidas inacabadas que pasaron a ser Estrellas.
Vuestra luz nos ilumina
... Juan ... Fernanda ... estas palabras salen de lo más profundo de mi alma, desde el mundo de los vivos, hasta el cielo.

Miro al cielo y me pregunto cómo estarán, tratando de encontrar explicaciones que no hallaré. Podría expresar que la vida es así, pero no es cierto, solo fue una mala jugada del destino.

Ellos ya no están y el mundo sigue rumbo. Dos personas que en la sociedad son diminutos, pero son dos mundos para todas las personas que los aprecian. 


Ahora solo puedo observar las nubes e intentar encontrar alguno de sus rasgos en ellas. Ahora solo puedo escuchar el viento e intentar distinguir sus nombres entre los susurros.

La vida es muy injusta y nosotros unos egoístas. Muchos nos creemos desgraciados por no poder obtener bienes materiales, y solo por ello ya pensamos en tirarnos al vacío...
Mientras otros no se creen desgraciados cuando pierden a un padre ejemplar o a una hija excelente. No se sienten así, porque todo lo que querían estaba entre ellos, su familia. En ningún momento pensaron en dejar atrás esto, porque tenían que luchar y salir adelante, por los que todavía están aquí y por los que ya no están.




Era un padre feliz al lado de la mujer a la que amaba y orgulloso de todos los pasos que sus hijas daban. En su corazón no había lugar para la maldad, y mostraba una gran ternura cuando al sonreír se le empequeñecían los ojos, tanto que el mismo sol no podía evitar imitarlo.

Con el tiempo descubrió que la vida se le escapaba, que por mucho que corriese no escaparía. No se rindió en ningún momento, sabía que su familia lo necesitaba y por ello, luchó hasta su último suspiro. Una persona honrada que lloró para sus adentros. No quería envolver a sus seres queridos en un sufrimiento que solo él padecía.

Al final llegó el día. Su enferdad ganó el pulso y él dejó de estar entre nosotros. Ahora descansa tranquilo, mientras sus recuerdos permanecen vivos.


Ella, una niña en plena flor de la vida, una amiga muy querida, una hija adorable y perfecta. Creció como otro niño cualquiera, pero su diferencia fue que su final llegó demaciado pronto.

Su último aliento se lo robó un ser miserable que se hacía pasar por hombre. Su agonía, sus gritos y lamentos se los tragó un camino oscuro y semi solitario, si no fuese por esa bestia que la siguió con sigilo hasta dar con ella.

La indefensa niña se defendió con todas sus fuerzas, sabiendo que los ojos de su captor sería la imagen que se llevaría a la otra vida. Desgarró su garganta a gritos y desesperanza, pero nadie la oía. Sin darse cuenta se hallaba presa en una furgoneta y su captor sobre ella.

La bestia sabía que tenía que actuar con rapidez, porque su víctima no se iba a dejar humillar como mujer. Tomó una decisión: "
si no eres mía, no serás de nadie". Cumplió su amenaza dándole un golpe letal con una piedra en la sien.
Fue despreciable saber que una de las personas que estaban colaborando en la búsqueda del cuerpo, tuviese las manos manchadas de sangre inocente.

Para mí morir, no es dejar de respirar, sino dejar de ser recordado. Ellos permanecerán entre nosotros hasta la última flor del jardín.

Los tenemos muy presentes en nuestro día a día.


Juan
Tu mujer y tus hijas no te olvidan. Una familia muy orgullosa de tus pasos. Ahora descansa tranquilo, que en el mundo de los vivos también hay ángeles.
Uno las está cuidando.



Fernanda

Dejaste un gran vacío entre tus amigos. Gracias por
enseñarme lo que es el coraje y la valentía.
Cada minuto que pasa, me pesa más no poder haberte dicho
Te Quiero.
Y ver como se te iluminaba el rostro con tu dulce sonrisa y brillantes ojos.

No suelten mi mano por favor.









                                       Fotos: Andrea Plasencia Pérez
lunes, 14 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Querido "maestro"...

Quiero agradecerte tus grandes enseñanzas y regalos,
Te buscaba en el entrelace de manos de personas desconocidas, mientras miraba las mías, frías y vacías. Mi imaginación jugaba con la incógnita de cómo sería el abrigo de un abrazo o el breve roce de tus labios en mis mejillas. Ahora me alegra saber que no me contaminé de tus falsos gestos enmascarados, plagados de indiferencia, arrogancia y mala fe.

Me has dado la espalda en mis enfrentamientos con la vida, te has burlado de cada una de mis caídas, pero te he ganado, creías que no me quedaban fuerzas y que de esta no saldría. Soy un cuerpo magullado, dolido, remendado y curado. Sigo en pie, viva, ¿me ves?. No voy a darte el placer de verme derrotada otra vez.

Tengo reservada tu frase burlona, llora que es bueno para los pulmones. Tú habrás reído mucho porque en esta carrera, no eres de los primeros corredores. El ego te llevó a conocer a Soledad, recoges lo que siembras pero hazlo rápido porque los perros de la Miseria te pisan los talones.

Siempre buscando a alguien a quien cargar tus culpas, rabia, ira, desgracia... Yo no soy burro de carga de nadie y menos de una persona tan miserable. Si algo te agradezco es usarte de reflejo para dominar mi carácter.

No existirás en mi futuro, eres una vaga imagen en el presente y tu presencia se esfuma de mi pasado. He superado uno de mis grandes miedos, cuando me miraba en el espejo me devolvía tu rostro, sentía que era otro monstruo pero ahora sé que no seguiré tus pasos.

Contigo aprendí a sentir pena, el sentimiento más mísero que se puede sentir hacia un ser humano, es el único terreno que en mi corazón has conquistado.


Un indiferente saludo de tu
aprendiz.
lunes, 7 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

La estrategia de la mosca.

¿Cuántas veces has intentado salir del pozo teniendo la sensación de no poder alcanzar la salida? Caminas, corres, nadas... y más se aleja, mientras te va corroyendo una gran sensación de ansiedad.

El ser humano, tan complejo e inteligente en comparación con una mosca. Pero, ¿por qué ella consigue salir de esa prisión y el hombre no? Muy fácil. Utilizan una buena estrategia: son capaces de estar golpeándose contra un cristal horas, con el fin de encontrar el resquicio por donde se coló.

Ahí no hay nada revelador que no podamos hacer, ya que avistamos luz a través del cristal y vamos hacia ella, si no fuese porque la mosca no golpea en el mismo lugar varias veces seguidas, sino que va tanteando buscando aire. En cambio una persona iría golpeando el cristal en el mismo lugar hasta que desiste o lo rompe.

El problema viene cuando no se consigue quebrar, dejando paso a la lamentación. No podemos elegir una vida perfecta porque no existe, como tampoco buscar culpables, no hay tiempo para ello. Pero sí cambiar esa dinámica por compasión, darse una tregua y aceptar la situación.

Si todos utilizásemos la táctica de la mosca, las depresiones no serían tan profundas y en muchas ocasiones, hasta letales. Siempre hay una salida, mientras se quiera encontrar y salir. No es fácil, pues las pendientes conllevan su esfuerzo, pero con la ayuda necesaria se vence.

¿La pregunta es, seguir los pasos de la mosca usando la compasión hasta sanar/salir o seguir picando el cristal con la ayuda de la lamentación?

No siempre el pez grande se come al pequeño, claro ejemplo el de David y Goliat.
sábado, 5 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Sabias palabras mágicas...


Esta entrada está escrita especialmente para un persona maravillosa, muy especial para mí. Solo a ella le he dicho que es capaz de hacer magia. Magia que ya no puedo disfrutar día a día, pero que tan clara queda en mi recuerdo.

Piensas que no te escucho pero sí lo hago solo que, es fácil vivir de mentiras y no enfrentarse a la realidad. Recuerda que gracias a TI di el primer paso a protestar, a decir ¡basta ya! no quiero seguir viviendo esto, mi vida es mía y yo la manejo.

Quiero compartir algunos de los consejos que me has dado en este blog, porque sería egoísta por mi parte quedarme con tan sabias palabras, sin mostrárselas a nadie más.

No será lo último que te dedique en este espacio. No mencionaré tu nombre ya que la identidad de los ángeles no se desvela.


Para saber querer primero tienes que quererte tú, porque te queda un largo trecho por recorrer solo/a mientras que los demás, solo te hacen compañía. Sé egoísta contigo mismo/a y no descuides tu vida. Para ayudar de verdad, tienes que estar bien.

- Ser raro/a te hace único/a y especial.

- El odio no lleva a ninguna parte. Solo enfermarás tú, sin dejar hueco a las cosas positivas e importantes.

- La felicidad está al alcance de todos siempre y cuando se busque. Si no te arriesgas nunca sabrás si obraste bien o mal, obteniendo así la de derrota.

- Observa a tu alrededor. Verás que hay persona pasándolo mil veces peor que tú. No te agobies, porque los problemas no se solucionan a zancadas sino a pasitos. Pero no te lamentes de ellos mientras puedes estar buscando una solución, ya que la varita mágica no existe.

- Todo sucede por algo. No desesperes, después de la tormenta llega la calma.

- Cada día es diferente si te fijas en las pequeñas cosas.

- Esta vida es para valientes. Si la desprecias y no luchas, será de egoísta y cobarde por tu parte al no pensar en las personas que te rodean. Además, no tengas prisa si no sabes lo que te puedes encontrar al final del camino.

- NADIE HA DICHO QUE ESTO SEA FÁCIL. Ya todo es bastante difícil como para complicarlo más.

- No hace falta donar dinero para poder ayudar, mientras dispongas de tus manos y buena voluntad.


Deja crecer una bella AMAPOLA dentro de tu ser y pronto descubrirás su hermosura. Aliméntala de energía positiva, sin dejar que marchite.


GRACIAS.
miércoles, 2 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Palabras que no me atrevo a decirte, perdóname.

Tengo miedo. Un miedo que duerme conmigo, respira y se alimenta de mí.
¿Que voy a hacer cuando ese día llegue? ¿a donde iré? Estaré perdida en una tierra desconocida, porque tú ya no estarás.
Abuela... Abuelita, mi madre y amiga, me has enseñado a ser mejor persona, me has enseñado a darle la cara a la vida, de frente, sin temor, al igual que tampoco tenerle miedo a la muerte. A hacerme amiga también de la soledad, reírme los problemas y la enfermedad. Aprender a no depender de nadie, buscarme las "castañas" yo sola. A luchar cuando todo ya estaba vencido. A dar las gracias a las pequeñas cosas, a dar todo lo que esté en mi mano por quien lo necesite, sin esperar nada a cambio porque no sería un acto de buena fe. Tus consejos me han guiado, y tu vida es mi salvavidas. Siempre me has recordado de dónde soy, dónde está mi casa, mi familia... con el Cristo del Valle.
Recuerdo una noche, que subiste a mi cuarto y empezaste a leerme un cuento. El primero que me habían leído, yo no creía en fantasía ya, pero tú mi dulce hada hiciste que fuese el mejor cuento mejor leído. También aprendí minutos más tarde, el significado del beso de buenas noches. Sin ti no los hubiese experimentado.
Tus abrazos... de pequeña siempre me protegían de las malas bestias, poniéndote tu en peligro. Te volvías, y con una sonrisa amarga me decías que siempre me protegerías.
Nunca me has dejado sola en  "esas pesadillas" donde terminaba durmiendo bajo la cama. Me acurrucabas junto a ti y me cantabas.

Tengo tantas cosas que agradecerte Mamá... darme ilusion, fuerza, coraje y vida, eres tú mi alegría.

Ahora me duele ver como te vas deteriorando, mientras me muestras tu mejor sonrisa, el tiempo te va ahogando. El brillo de tus ojos se está apagando, ¿abuelita ahora quién me alumbrará? ¿A donde iré cuando tú no estés? Has sido mi familia en una sola persona. ¿Qué seré sin ella? Mi pueblo ya no tendrá el mismo color ni yo tendré fuerzas a regresar a él.
Seré una naúfraga en un mundo inmenso lleno de desconocidos.

No me sueltes nunca la mano por favor, necesito tu aire y calor. No calles tu voz porque me quedaré muda.

Te Quiero, Te Amo, Te Adoro Abuelita, mamá, amiga, compañera en el camino y ángel de la guarda.
martes, 22 de febrero de 2011 | By: Famara González Díaz

Fiel compañero...

Cegador Odio que no tienes ni conciencia ni razón,
dame fuerza a seguir levantando la vista y
mirar de frente al enemigo sin temor.


, destructor del alma blanca y pura,
que contaminas mis impulsos con la ira,
bebiendo de los recuerdos de mi vida.


Guardián de sueños rotos me
proteges de débiles sentimientos.
Sustituto fallido de la infantil ilusión,
distorsionas de negro mi visión.


Persona Enferma de rencor,
movida por fantasmales agravios,
lleva un corazón herido de motor,
y muy lejana la puerta del perdón.

sábado, 19 de febrero de 2011 | By: Famara González Díaz

Se llama amistad...!*

Si te sientes intranquila piensa en mí, imagina que te tengo agarrada de la mano y que no te voy a soltar. Siempre me tendrás, con una sonrisa tus miedos voy a alejar y que estando a mi lado nada malo te ocurrirá.

Aunque no te vea día a día, mi corazón no te olvida. Pues solo recuerda que esta amiga te quiere y querrá.

Cuando tomes ese barco, no olvides mirar atrás, porque estaré velando por tu viaje y un hasta luego en mis ojos leerás, y a tu regreso en el puerto me hallarás.

No tengo poder para crearte un mundo perfecto, sí una caja llena de ilusiones y colores. La oscuridad puede atraparte, y de temores e inseguridades llenarte, pero mi luz no cesará hasta encontrarte.

A veces la distancia nos separará, pero no es impedimento a que nuestra historia siga creciendo. Pues la vida no es fácil te recuerdo, pero no importa si te tengo.

Las palabras se las lleva el viento, las nuestras no levantan vuelo porque están atadas a los hechos. Una imagen vale más que mil palabras, ahogadas quedan entre un abrazo lleno de complicidad y sentimientos.

Perdón si no puedo regalarte las estrellas, a cambio sabrás cuanto te quiero si las cuentas a todas ellas. Un futuro de sincera amistad el tiempo tejerá, dos amigas que se quieren, hasta el infinito y más allá.


[Más de una vez me has dicho que ojalá encuentre una amiga como yo, ¿para qué tenerla si te tengo a ti? Ya vivo conmigo misma, no necesito una doble. Solo quiero caminar a tu lado, en silencio.
Espero que te guste, te Quiero]

La elegida...!*

La elegida.
Una fría tarde invernal de 1994, en un pequeño punto perdido en el mapa de la inmensa Tierra, nació una niña que destacó sobre los demás recién llegados al camino de la vida. Desprendía una calidez que inundaba a todo aquel que estuviese merodeando por sus alrededores, a pesar del mal tiempo que hacía. Sus ojos minuciosamente rasgados brillaban como perlas en la más densa oscuridad, los cuales, más tarde serían el vivo reflejo de su alma.
A medida que fue creciendo, su presencia cálida se fundió con una sencillez dando lugar a una pequeña encantadora. Su melena rizada le despuntaba un toque elegante a sus facciones, siempre acompañada de una bella sonrisa.


Desde que era una muchacha se le notaban grandes dotes para la danza. Con ella se escabulle del mundo sintiéndose pez en el agua. No sabría describir la delicadeza con la que mueve su cuerpo al son de la música, parece acariciar cada nota como si se tratara de la última melodía que sus oídos fuesen a escuchar. Si te fijas detalladamente, descubrirás que en cada movimiento parece tener pequeñas nubesillas bajos los pies, elevándola a lo más alto.

Si el Mundo tuviera su fuerza, el cielo no lloraría dejando tras de sí un manto gris. Siempre a llenando de orgullo a sus seres queridos a cada paso que da, guiada por la estrella más hermosa en la faz del universo. Después de conocer el amor su silencio lo habitan suspiros, besos y sueños robados de un chico del que está prendada.

A lo mejor es el destino o simple casualidad, pero Miriam significa la elegida y la naturaleza a ella la concibió de una gran divinidad.
martes, 1 de febrero de 2011 | By: Famara González Díaz

Para mi Ojitos lindos, Zaida...

- Ven, siéntate en mi regazo y escucha bien atenta. Te voy a contar un cuento, una historia nunca contada. 


No recuerdo muy bien que edad rondaba en ese entonces, que estación del año era o simplemente si esa noche hacía frío. Solo la recuerdo a ella. Desprendía una esencia celestial y en su rostro presidía una gran dulzura, la cual, jamás he vuelto a ver.Tenía una mirada tan profunda que me hacía estremecer, me dejé arrastrar por ella durante horas y bebí de los sentimientos más puros que mi corazón pudo sentir.
Aunque a veces lo intento en vano, cuando desperté de aquel sueño sabía que no volvería a verla. Su nombre me persiguió durante años.


-¿Y cómo se llamaba?- preguntó la niña con un brillo de curiosidad en los ojos.


Con una sonrisa llena de recuerdos y nostalgia su abuelo le respondió en un hilo de voz que llevaba su nombre... Zaida.

Estuve a tu lado y lo sufrí contigo. Te lo dedico...


[Este relato está escrito en primera persona, pero yo no soy la protagonista. En su momento, puse las palabras que expresaban los sentimientos de la verdadera protagonista. Una gran amiga que tuvo su primera caída en el amor y yo le ofrecí mi hombro.]


Tengo grabado cada beso y cada caricia en la memoria de mi piel, al igual que su aroma. Llevo impresas sus palabras y sus promesas en el libro de mis recuerdos. Traía consigo una enorme decepción y miedo del concepto amar cuando lo conocí. Le brindé todo mi apoyo, cariño, ilusión... Me enseñó el lado más tierno del amor, llenándome de fantasías que creía solo reales en los cuentos de hadas. Poco a poco fuimos creando una bonita historia de dos, él con todas las heridas curadas y yo con una venda en los ojos que no me dejaba ver mas allá de su sonrisa.


De vez en cuando me paro a pensar cómo sucedió. Cambiaron las cosas, cambió él y los colores en mi entorno desaparecieron. Me echaba la culpa de todo, hasta que comprendí que en el brillo de sus ojos no era mi nombre el que se leía. Ese día el mundo dejó de girar y me dejó tan vacía, que todavía siento como si una garra me oprimiese el corazón.
lunes, 31 de enero de 2011 | By: Famara González Díaz

Querida amiga te aconsejo que...

No confíes plenamente en tu corazón, porque no siempre te muestra el camino correcto. Cuando te guía por un sendero equivocado, te deja heridas que a veces ni el tiempo borra. En cambio, si el camino incorrecto te lo hubiese desvelado la conciencia, los daños serían los de una simple caída, ya que no hay sentimientos que pesen.

Me encantaría...

Me encantaría poder cerrar los ojos,
y seguidamente desaparecer.
No dejar huella alguna
de haber existido alguna vez.


Me encantaría ser un grito,
desgarrando la garganda y
terminando en el llanto ahogado,
de un corazón acabado.


Me encantaría oprimir mis sentimientos,
sentir la ausencia de recuerdos,
disfrutar del vacío
y desvanecerme en el olvido.


Me encantaría ser sufrimiento,
así poder aislar la luz que llevo dentro,
no estar ligada a nada,
           dejando de tener sentido a seguir viviendo.