miércoles, 2 de marzo de 2011 | By: Famara González Díaz

Palabras que no me atrevo a decirte, perdóname.

Tengo miedo. Un miedo que duerme conmigo, respira y se alimenta de mí.
¿Que voy a hacer cuando ese día llegue? ¿a donde iré? Estaré perdida en una tierra desconocida, porque tú ya no estarás.
Abuela... Abuelita, mi madre y amiga, me has enseñado a ser mejor persona, me has enseñado a darle la cara a la vida, de frente, sin temor, al igual que tampoco tenerle miedo a la muerte. A hacerme amiga también de la soledad, reírme los problemas y la enfermedad. Aprender a no depender de nadie, buscarme las "castañas" yo sola. A luchar cuando todo ya estaba vencido. A dar las gracias a las pequeñas cosas, a dar todo lo que esté en mi mano por quien lo necesite, sin esperar nada a cambio porque no sería un acto de buena fe. Tus consejos me han guiado, y tu vida es mi salvavidas. Siempre me has recordado de dónde soy, dónde está mi casa, mi familia... con el Cristo del Valle.
Recuerdo una noche, que subiste a mi cuarto y empezaste a leerme un cuento. El primero que me habían leído, yo no creía en fantasía ya, pero tú mi dulce hada hiciste que fuese el mejor cuento mejor leído. También aprendí minutos más tarde, el significado del beso de buenas noches. Sin ti no los hubiese experimentado.
Tus abrazos... de pequeña siempre me protegían de las malas bestias, poniéndote tu en peligro. Te volvías, y con una sonrisa amarga me decías que siempre me protegerías.
Nunca me has dejado sola en  "esas pesadillas" donde terminaba durmiendo bajo la cama. Me acurrucabas junto a ti y me cantabas.

Tengo tantas cosas que agradecerte Mamá... darme ilusion, fuerza, coraje y vida, eres tú mi alegría.

Ahora me duele ver como te vas deteriorando, mientras me muestras tu mejor sonrisa, el tiempo te va ahogando. El brillo de tus ojos se está apagando, ¿abuelita ahora quién me alumbrará? ¿A donde iré cuando tú no estés? Has sido mi familia en una sola persona. ¿Qué seré sin ella? Mi pueblo ya no tendrá el mismo color ni yo tendré fuerzas a regresar a él.
Seré una naúfraga en un mundo inmenso lleno de desconocidos.

No me sueltes nunca la mano por favor, necesito tu aire y calor. No calles tu voz porque me quedaré muda.

Te Quiero, Te Amo, Te Adoro Abuelita, mamá, amiga, compañera en el camino y ángel de la guarda.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Famara, yo si me atrevo a decirte que ella se puede sentir orgullosa de ti.

Famara González Díaz dijo...

Espero que sí lo esté, de todos modos no me cansaré de darle lo mejor de una hija y una nieta.

Muchas gracias a ti, por tus comentarios que tanto me suben la moral y me dan pie a seguir.

Anónimo dijo...

Ahora tu si que me acabas de dejar sin palabras....

TCL!

Anónimo dijo...

Me gustó mucho tu relato..yo también tuve una abuela a la que quise muchisimo,y por desgracia ya no está entre nosotros. A veces pienso en las pocas veces que le dije : te quiero..

Sarott Martínez dijo...

Preciosa entrada, sin duda. Me has hecho llorar, yo también quiero muchísimo a mi abuela y no quiero que se vaya nunca de mi lado.
Te sigo, ¿me sigues? Mi blog no es gran cosa, la verdad, pero me alegraría tener una seguidora más.
Unbesito.

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